QUIQUE GONZÁLEZ PUBLICA “DE VERDAD LO SIENTO”, SEGUNDO ADELANTO DE SU NUEVO DISCO 1973

12.09.2025

De verdad lo siento es el segundo adelanto del nuevo disco de Quique González, 1973. El disco llegará a las tiendas el próximo 3 de octubre y ya está disponible en pre-venta online. La canción cuenta con la colaboración especial de Gorka Urbizu (Berri Txarrak, Katamalo, Peiremans) y está acompañada de un videoclip rodado en Cantabria y realizado por Victor Ingrave (Ingrave Estudio).

De verdad lo siento es la antesala de una despedida, el momento previo a la ruptura de un vínculo profundo. Ese trance doloroso en el que algo importante va a terminar y, aún con el sentimiento vivo, se decide soltar como única opción viable para avanzar. Es el final de un viaje en el que todavía queda amor o afecto, pero ya no hay dirección.

También es una de las canciones con mayor calado emocional de entre las que conforman el nuevo disco de Quique González,1973. Un título que alude al año de nacimiento del músico y que cobra sentido en las temáticas que aborda. Porque son asuntos tratados bajo una mirada de amplio recorrido, la de quien sabe a qué se refería Whitman cuando escribió el verso arrebatado, la afirmación incontestable que Dylan convirtió en canción: "contengo multitudes".

"Gestionar intangibles", lo llama Quique cuando se sienta una noche en el porche de su casa en el valle con un amigo frente a dos copas de vino para hablar de cosas importantes. De los rincones del corazón, de las contradicciones, de los destellos, de las cargas, de los deseos, de la esperanza.

En 'De verdad lo siento' despliega su capacidad extraordinaria para invocar a la emoción a través de esas metáforas e imágenes sensoriales que solo Quique sabe construir de una manera aparentemente sencilla, pero de asombrosos lirismo y hondura. "Con sangre en el labio, respirando el petricor"; "las horas que estás por estar sin llegar a estar nunca contigo"; "circuitos cerrados, mapas del tesoro para estar entretenidos"; "al mirarte todo estaba claro"…

Concebida en un tempo más rápido y hacia delante, fue en el momento de grabarla en directo con la banda en el estudio cuando la propia canción reclamó un ambiente más contenido, marcado por el protagonismo indiscutible del piano y el diálogo continuo que establecen las guitarras, pleno de matices delicados y preciosistas. La cadencia acompaña así a la historia narrada, culminada por ese más de minuto y medio mágico de música instrumental y coros que podría alargarse indefinidamente, como un intento de retrasar la decisión que, inevitablemente, supondrá el final.

Poco importa la situación que aborde la canción porque el sentimiento nace de igual manera y se enraíza en cualquiera de ellas. Puede referirse a una historia de amor agotada, a una que no llegará a concretarse porque se trata de un imposible o a una amistad gastada, como sugiere el videoclip que acompaña a la canción, rodado en Cantabria junto a Gorka Urbizu. Es el músico que colabora con Quique González en este tema y cuya voz (esa emoción que solo reside en algunas gargantas) encaja en esta singladura que se acerca al relámpago como si hubiera sido escrita para él. Ambos se respetan, comparten admiración y puntos de vista sobre su oficio, lo encaran con honestidad y, tal vez, gestionen intangibles de manera similar. Podría afirmase que así es porque, al escucharlos, todo está claro.