HUERCASA COUNTRY FESTIVAL FIRMA UNA DÉCIMA EDICIÓN HISTÓRICA CON 14.000 ASISTENTES EN RIAZA

14.000 personas pasaron este fin de semana por Riaza para celebrar el décimo aniversario de Huercasa Country Festival. Una edición histórica que consolida al festival como una de las citas imprescindibles de la música americana en Europa , gracias a una propuesta que combina grandes nombres del país, un entorno natural privilegiado y un formato cuidado, accesible y de ambiente familiar.

El viernes abrió con una sucesión de conciertos que marcaron el tono del fin de semana. Son Volt , banda clave en la historia del alt-country, ofreció un directo sobrio y contundente, en el que Jay Farrar desplegó su habitual serenidad entre guitarras profundas y letras que ahondan en las raíces del género. Twanguero se deslumbró con la de "Panamerica", un viaje instrumental lleno de acentos latinos, paisajes fronterizos y una técnica apabullante, que convirtió su actuación en uno de los momentos más singulares de la jornada. La noche fue ganando ritmo con Jason Scott & The High Heat , que se estrenaron en el festival con una presentación enérgica y cercana, demostrando por qué son una de las bandas con más proyección del nuevo country estadounidense.

Le siguieron los californianos Color Green , con su mezcla de folk psicodélico y armonías de los 70, que conquistaron al público con una propuesta colorista y evocadora. El cierre de la jornada corrió a cargo de Myron Elkins , que volvió a demostrar por qué es una de las nuevas voces con más personalidad del circuito americano: con apenas 24 años y una voz áspera y atemporal, ofreció un directo crudo, sólido y magnético, apoyado en su nuevo álbum, "Nostalgia for Sale".

El sábado, el Escenario Huercasa vivió una de sus noches más esperadas. The Jayhawk s regresaron al festival una década después de inaugurarlo con un concierto lleno de emoción, en el que sonaron clásicos como "Save it for a rainy day", "Blue" o "Tailspin", y en el que no faltaron los agradecimientos a Riaza y al público español.

Fue uno de los directores más coreados del fin de semana, con una entrega total por parte de la banda. El cartel del sábado reservaba también espacio para Germán Salto , acompañado por una formación ampliada con banjo, pedal steel, violín y percusión, presentó en primicia su proyecto Country Thunder Revue , una producción especial creada para esta edición con la que rindió homenaje al country californiano de los 70. El murciano Al Dual , referente europeo del rockabilly clásico, ofreció un directo ágil, preciso y elegante, en el que combinó técnica, carisma y sentido del espectáculo.

El estadounidense Rob Leines desplegó una energía arrolladora con su mezcla de country sureño y rock de carretera: canciones como "Headcase" o "Hold on and Drive" encendieron al público en una actuación sin concesiones, llena de sudor, riffs y verdad.
El cierre del sábado lo firmaron The War and Tratado, que convirtió su primera visita a España en una celebración total. Michael y Tanya Trotter ofrecieron un directo vibrante, emotivo y eufórico, en el que soul, góspel, folk y country se entrelazaron con una puesta en escena arrebatadora. El público respondió en pie desde el primer minuto, y el dúo agradeció con emoción poder formar parte de esta edición tan especial.

El Escenario Harvest , inaugurado en 2024, volvió a consolidarse como uno de los espacios más especiales del festival, con conciertos al atardecer que inauguró Alfonso Toribio & His Yodeling Cowboys , aportando una nota de humor, tradición y maestría vocal con su espectáculo de yodel, que fue una de las sorpresas más celebradas del día.

Le siguieron artistas como Jodie Cash , que reafirmó su lugar como una de las voces más potentes del country estatal con un repertorio lleno de fuerza y sensibilidad; Back to the Hills , con un set de folk acústico con armonías brillantes y referencias al country alternativo de los 90, influenciados por bandas como Big Star, Wilco o Teenage Fanclub; y The Barroom Buddies Band , que ofrecieron un concierto festivo y desenfadado a base de outlaw country y clásicos del honky tonk.

Por su parte, la Plaza Mayor de Riaza acogió durante las mañanas de sábado y domingo sesiones abiertas de country line dance y conciertos gratuitos como los de Noel McKay & The Spanish Cowboys , con su folk narrativo y aroma texano, y Juáner Domínguez , que volvió a conectarse con el público con su mezcla de hablada y canción tradicional. Todo en un ambiente festivo, accesible y pensado para todos los públicos.
Además de la música, Huercasa volvió a destacar por su propuesta gastronómica y su apuesta por un entorno familiar y saludable. El Espacio de degustación Huercasa ofreció platos vegetales de quinta gama elaborados con productos locales, como mazorcas a la brasa, remolacha, patatas y legumbres. La zona infantil Pioneertown propuso actividades específicas para los más pequeños, inspiradas en los antiguos poblados del Oeste, lo que permitió a muchas familias disfrutar juntas de la experiencia durante todo el fin de semana. El recinto, amplio y sin aglomeraciones, volvió a demostrar que es posible disfrutar de un gran festival en un formato cómodo y accesible.
Impulsado por la empresa hortofrutícola segoviana Huercasa , y con el respaldo del Ayuntamiento de Riaza , la Diputación de Segovia y la Junta de Castilla y León , el festival se ha consolidado en esta década una manera propia de entender la música en directo: coherente, sostenible, cercana y profundamente arraigada al territorio, a sus raíces. Huercasa Country Festival no solo ha resistido el paso del tiempo, lo ha aprovechado para crecer sin traicionar su esencia.

Huercasa Country Festival celebra su décimo edición con un lema que rinde homenaje a todo lo que nos ha traído hasta aquí: " 10 Years On The Country Side ". Un festival que ha crecido sin perder su esencia, como en las canciones de The Jayhawks que resuenan con el paso del tiempo, melodías que hablan de volver, de quedarse, de sentirse parte de algo. Diez años de música vivida al detalle, de pasos de baile en la Plaza Mayor de Riaza y de momentos que ya forman parte de una memoria compartida. Porque Huercasa no es solo un festival: es una canción que seguimos escribiendo entre todos, año tras año, acorde tras acorde. Y esto, como los buenos discos, sigue en la cara A.
