CRACKER REAFIRMAN SU ESTATUS DE BANDA DE CULTO EN SU NUEVA GIRA ESPAÑOLA

Más de tres décadas avalan a la formación liderada por David Lowery y Johnny Hickman, que vuelve con la energía intacta y un repertorio que mezcla el pulso punk-funk de la East Bay con la tradición americana de Bakersfield.
Cracker, una de las bandas más singulares surgidas en la escena rock estadounidense de los noventa, regresa este mes de noviembre a España para reafirmar su condición de grupo de culto en directo. Para David Lowery y Johnny Hickman, nuestro país se ha convertido en una parada imprescindible: no es casual que cada regreso se viva con intensidad, con entradas agotadas y un público que mantiene intacta la complicidad con la banda desde hace más de tres décadas.
Formados en 1990, Cracker han sabido combinar desde sus inicios influencias que van del alt-country a la psicodelia y el rock alternativo. Con su debut homónimo ya dejaron huella gracias a "Teen Angst (What the World Needs Now)", pero fue con "Kerosene Hat" (1993) cuando alcanzaron la categoría de referentes con temas como "Low", "Euro-Trash Girl" o "Get Off This". A partir de ahí fueron sumando discos de culto como "Gentleman's Blues" (1998), "Forever" (2002), "Countrysides" (2003) o "Sunrise in the Land of Milk and Honey" (2009), hasta culminar con "Berkeley to Bakersfield" (2014), un álbum doble que condensó de manera magistral sus dos almas.
Ese trabajo, grabado con el line-up original, reflejó la electricidad combativa de la East Bay californiana -con un pulso punk-funk y letras cargadas de crítica política- frente a la vertiente acústica y profundamente americana de Bakersfield, heredera de figuras como Buck Owens o Merle Haggard. Un doble retrato que se convirtió en declaración de intenciones: Cracker no entienden su carrera sin explorar contrastes ni desafiar etiquetas.
En estos últimos años, tanto Lowery como Hickman han mantenido vivas sus carreras en solitario, alimentando al mismo tiempo el motor creativo de la banda. El resultado es un directo en el que la energía renovada convive con la madurez de quienes llevan más de tres décadas en los escenarios. Cada concierto es una oportunidad para reinterpretar su catálogo, rescatar joyas ocultas y sorprender con lecturas distintas de sus propios clásicos. No es casualidad que su reputación como una de las grandes bandas de directo de su generación siga creciendo.